jueves, 25 de agosto de 2011

Día 209/245 Dar y recibir halagos

Halago s. m.; 1    Demostración de afecto o alabanza.  2   Adulación o muestra de admiración interesada.

 ¿A la gente le gusta que le digan halagos? La respuesta es rotundamente sí. Estudios hablan de la necesidad que tiene nuestro cerebro y nuestra alma de repararse después de recibir un insulto y crítica con cinco halagos. Con esto vemos la necesidad que tiene nuestro cerebro de reponerse y de sentirse bien. Cuando nos halagan, sentimos aumentar la estima que sienten los demás hacia nosotros, y también nuestra propia autoestima. Por más que tengamos seguridad en nosotros mismos, y una idea de cómo somos y estemos contentos con ella, nos agrada que los demás también vean nuestras cualidades, incluso las que nosotros no habíamos tenido nunca en cuenta, y que nos lo expresen.

Esta es una herramienta muy útil para los tímidos, y que bien usada, puede facilitarte las relaciones con tu circulo social. Al halagar a otras personas, haces aumentar su autoestima, y la gente relacionara el  hecho de estar contigo, con el sentimiento de sentirse más segura y feliz. Por lo que pasará más tiempo contigo.
 
Debemos diferenciar aquí los piropos propiamente dichos y los halagos improvisados en el momento. Los piropos propiamente dichos tienen que ver mucho con la rima de las palabras y comparaciones, además de exageraciones sobre la belleza de una persona La intención de los piropos es halagar a una persona, pero hay personas a las que no les gusta que se les diga frases usadas por otras personas. Para este tipo de personas es mejor tener la creatividad y habilidad suficiente para halagar.

Hay muchas personas, sin embargo, que no aceptan halagos, también hay quienes no saben dar halagos. No es malo ni bueno, simplemente así aprendieron a ser.

A nadie nos ha enseñado a recibir los halagos. Con las críticas reaccionamos de muchos modos, frecuentemente con enfado. Pero no sabemos qué hacer o decir cuando alguien nos dice o dice de nosotros cosas bonitas; quizá por una tendencia educacional a no dar valor a lo que tenemos, quizá porque hasta que llegó la psicología positiva no se tuvieron en cuenta los aspectos positivos de la persona. Lo cierto es que pocas personas saben aceptar un halago.

Las reacciones más frecuentes cuando nos dicen algo bonito sobre nosotros es inicialmente sorpresa y vergüenza, para pasar posteriormente a la negación de tal cualidad o, simplemente, el silencio. Una alternativa a esa respuesta podría ser agradecer el halago, y si por ejemplo, se debe a un éxito personal o profesional alcanzado, explicar brevemente el procedimiento de cómo se alcanzó, o simplemente sonreír. Una sonrisa sincera es una buena respuesta a un halago. El entrenamiento en habilidades sociales trabaja este aspecto, y entrenarnos en él nos hará estar mejor con nosotros mismos, y con los demás.

Unos ejemplos, de como aceptar un halago correctamente:
-Te ha salido muy bien el trabajo hoy.
-Gracias, he hecho lo posible para ello.
(en comparación de: "en realidad no tiene importancia", "eres ben volo, porque no te has fijado en que hay una imperfección..","tú si que lo haces bien de veras.." )
-Este vestido te sienta bien.
-Te agradezco tu opinión, así me encuentro más segura con ella.
(en comparación de: "eso es que estas hoy de buen humor", "tú si que tienes buen gusto..", "no hay para tanto..")


Aquí algunos tips para que construyas tus propias frases halagadoras:

- Piensa en algo que no se lo dirías a nadie más. Sé original y único.
- No repitas halagos baratos que has escuchado por ahí.
- Trata de resaltar cualidades físicas en personas "superficiales", y resaltar las cualidades intelectuales en las personas que parezcan menos superficiales.

- No exageres los halagas, lo que no es sincero y exagerado nunca cae bien.
- Ni tampoco resultar demasiado pusilánimes o apocados (ejem.: "si, no ha estado mal").
- No hagas halagos sobre la ropa, accesorios u otras pertenencias. Eso podría demostrar interés en su economía y no en la persona. (a no ser que se trate de alguien superficial)
- No compares a la persona con actores o cantantes, pueda ser que el actor o cantante escogido tenga un defecto que ella o él odie.
- No lo hagas tan seguido, a veces el halagar mucho puede delatarte como muy adulador y poco sincero. Y todos los halagos que uses ya no tendrán el mismo efecto.
- Esto va con lo anterior, usalos pocos pero en momentos precisos.
- Puedes usar a otras personas para halagar. Por ejemplo: pregúntale al mozo “¿no es ella la mujer más hermosa que has visto esta noche?”.

No hay hombre o mujer que no disfruten ante un cumplido, halago o piropo. Algunos son más difíciles que otros, pero al final todos terminamos siendo envueltos por las lisonjas y halagos. Incluso puedes usarlos cuando sabes que debes causar una grata impresión a otras personas. Los halagos, cuando son bien usados y sinceros, vuelven a las personas más vulnerables. Y pueden servir cuando trates de convencer, pedir, o vender algo a cualquier persona y necesites usa respuesta positiva. Es una artimaña algo barata, que puede ser desbaratada y ponerte en evidecia. Por eso es importante el hecho de que el halago sea lo más sincero posible.

Mi consejo es que practiques esta arte, lanzando  halagos, como mínimo, dos veces al día a distintas personas o incluso a la misma. Al siguiente día puedes variar de persona. Pueden ser tus amigos, familia, o completamente desconocidos, pero sea quien sea, fijate como su actitud hacia a tí se vuelve más positiva.

Esto es todo.

Saludos!

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