viernes, 19 de agosto de 2011

Día 203/245 Miedo al cambio.


Recuerdo que antes de empezar el blog, me pasaba visitando la sección de psicología de yahoo respuestas. Os aseguro que como mínimo había dos o tres preguntas cada día, relacionadas con la timidez, la autoestima, la confianza, etc. Gente que se había cansado de ser como era y estaba desesperada por encontrar algún iluminado que le diera soluciones. Entre las frases que escribían encontrabas cosas como: "Estoy cansado que ser un marginado...", "Quiero ser extrovertido, conseguir una novia, tener amigos..", "Quiero cambiar a mejor y dejar de ser tan tímido y callado", “Yo lo que quiero es alguien que me quiera por lo que soy”...

La gente desea cambiar. El gran problema, es que la gente tiene miedo al cambio. Por ejemplo, te planteó una pregunta sencilla: Si dejar de ser tímido, supone llamar la atención, entonces ¿Porqué no te cambies el corte de pelo tan simple que llevas y te haces algo diferente y raro, unas rastas, cresta, o te rapas, algo rádical? La respuesta, es que no lo harías por miedo al cambio. El cambio nos da miedo, porque: 

1. No sabemos cómo manejar situaciones nuevas o diferentes.
2. Puede provocar algún tipo de pérdida, ya sea física, moral, emocional, etc.
3. Podemos equivocarnos y ser criticados por los demás y/o por nosotros mismos.
4. La falta de control que sentimos. Esto generalmente nos angustia. 
 

Pero entiende algo: El cambio es inevitable en nuestras vidas. Estemos conscientes o no, queramos aceptarlo o no, las cosas y la gente cambian. Para mí todo está en la propia autoestima, en el amor propio que uno se tiene y en la capacidad que uno tiene para enfrentar el cambio. 


Cuando nos sentimos seguros y capaces, vemos el cambio como un reto o una motivación positiva. Cuando nos sentimos incapaces o poco valiosos, el cambio nos disgusta e incluso nos asusta. Nuestra manera de enfrentar el cambio depende de lo que aprendimos durante la infancia o ante ciertas situaciones dolorosas. Pero siempre podemos aprender a enfrentarlo de manera positiva, aprendiendo de él y mejorando nuestra vida. Lo importante es no tenerle miedo y modificar las ideas y creencias falsas y nuestra forma de pensar equivocada, que han mantenido ese miedo.


Cada persona responde de manera distinta ante los cambios. Y la capacidad para cambiar, también depende de cada persona. Es común que ante la posibilidad de un cambio experimentes una sensación de pánico ya que el mismo te obliga a moverte de una zona de confort hacia lo nuevo y desconocido. El cambio supone enfrentarte a la opinión de las personas, de tus amigos o familia. Supone cambiar creencias falsas que las has dado por ciertas durante mucho tiempo. Supone dejar el pasado y empezar de cero. Supone enfrentarte al miedo del cambio, aceptar sus riesgos pero valorar los potenciales beneficios. Saber como dominar el miedo es un verdadero reto para tu persona.


Tu cerebro ha enfrentado las situaciones de cierta manera a lo largo de muchos años, conservas los formas de reacción que han caracterizado la forma en que ves las cosas, y esas soluciones y respuestas están tan fijadas en tu cerebro que por esa razón te resulta difícil empezar a hacer las cosas de manera diferente. Es tan difícil como cuando un jugador diestro empieza a utilizar su pierna izquierda para complementar su juego, sus reflejos lo traicionan, la costumbre y el hábito de hacer las cosas como siempre las ha hecho le juega malas pasadas y eso se siente a nivel inconsciente. A la hora de salir y de hablar con grupos de gente, los viejos miedos, las viejas mañas, la vieja falta de autoestima y seguridad sale a flote.

Este proceso de dejar la timidez busca que puedas crear ese nuevo hombre, incluso desde cero, pero es algo que no es fácil, justamente por las dudas y los prejuicios y el hábito que has tenido estos años. Hay un principio fundamental en la mente humana que explica por qué algunas personas pueden cambiar sus vidas mientras que otras solamente se quedan intentándolo y abandonan el barco, se quedan esperando y anhelando y con una carga inmensa de frustración. Es un principio acerca de cómo el cerebro (sinapsis, circuitos neuronales, electricidad) y la mente (pensamientos, creencias) trabajan para controlar las cosas que hacemos.

El principio dice que mientras que nuestro cerebro quiere y desea hacer las cosas de forma diferente, usualmente sólo hacemos lo que le es familiar.

Una cosa es querer cambiar, otra muy diferente es efectivamente cambiar. La clave para un cambio duradero es algo que se llama SIMULACIÓN MENTAL. A través de esta estrategia tu puedes aprender a programar la manera en que deseas sentir, actuar, pensar, creer y responder de manera eficiente, de tal manera que el cerebro puede empezar a explorar nuevas maneras de responder a los estímulos. Es lo que hacen los pilotos de avión, antes de pilotar un avión tienen que pasar cientos de horas en simuladores de vuelo, aprendiendo a reaccionar y a manejar los controles de su avión.

La clave de cualquier cambio está en la SIMULACIÓN MENTAL. Y en este post voy a darte ciertas claves para que aprendas a realizarla. No basta con el deseo de cambiar para que cambies efectivamente. No es suficiente pensar sobre el cambio, si deseamos cambiar y adquirir nuevas habilidades es necesario experimentar vívidamente simulaciones mentales. No estoy hablando de visualización. Estoy hablando de simulación mental que es muy diferente. La manera en que esto funciona es la siguiente:

1. Maneja la respiración: La respiración es fundamental para el cambio, si tienes ansiedad o miedo es porque tu sistema límbico (la región cerebral encargada de controlar las respuestas de pelea y huída) es más hiper sensible a estímulos pequeños y reacciona con mucha mayor intensidad, es como la alarma de un carro que suena cuando pasa un inofensivo gato. Así que a menos que puedas interrumpir este mecanismo a nivel de tu sistema límbico, todo cambio que intentes realizar será saboteado y descartado por tu sistema cerebral de respuesta, así que el cambio es mucho más que “fuerza de voluntad” o bobadas del estilo de “vencerse a uno mismo.”

La manera correcta de iniciar tu SIMULACIÓN MENTAL es comenzar a respirar bien, destina al menos 10 minutos de tu día para que tengas el siguiente patrón de respiración:
Inhala profundamente durante 4 tiempos (cuenta mentalmente 1, 2, 3, 4)
Sostén durante 2 tiempos (cuenta mentalmente 1, 2)
Exhala fuertemente durante 4 tiempos (cuenta mentalmente 1, 2, 3, 4)

Realiza este patrón de respiración al menos durante 5 minutos. La respiración dará relajación a tu cuerpo, llevará oxígeno a tu cerebro y expulsará toxinas. En los demás 5 minutos vas a hacer los siguientes ejercicios.
Si no eres capaz de sacar al menos 10 minutos para ti al día tus resultados seguirán siendo los mismos de siempre.

2. Clases de visualización: ¿Por qué hice la distinción entre simulación y visualización? Porque existe un montón de literatura barata acerca de la visualización, inspirada sobre todo en cosas de la New Age y el esoterismo que nada tienen que ver con la realidad. Existe una clase de visualización donde tú te puedes ver en las imágenes que sueñas, es como si estuvieras viendo una película de ti mismo, ves lo que estás haciendo, te puedes ver corriendo, estudiando, leyendo, saliendo con alguien, lo que sea… Esto es lo que se llama una imagen “disociada” pues tú ves la película como si estuvieras en una sala de cine.

Para que lo entiendas mejor quiero que te sitúes aquí y ahora, mientras lees este post. ¿Qué es lo que ves de ti mismo? A menos que estés frente a un espejo todo lo que verás de ti será tu tronco, tus piernas y tus manos, y ves lo que tienes delante de ti, si volteas tu rango de visión de amplía, si das vuelta un poco sobre tu cuello podrás ver tus hombros. Pero no verás tu cara, no verás tus propios ojos. Esto es lo que se llama asociación. Puedes imaginarte a ti mismo haciendo algo de manera asociada. Y vuelvo al aquí y al ahora, justo cuando lees estas líneas… imagina que no estás en el lugar donde estás, lleva todo a otro lugar, una playa, un desierto, un parque, o donde tú lo desees y conserva eso mismo que puedes ver de ti, esa observación tipo primera persona. Eso se llama imagen “asociada”. 

Recuerda: imagen asociada, cuando estás metido en la película y no logras verte el rostro, es estar en primera persona. La imagen disociada cuando estás ubicado en la escena como en tercera persona.
Las imágenes disociadas son útiles para motivarte. Las imágenes asociadas son útiles para simular nuevos comportamientos, respuestas, emociones y pensamientos. La clave para una SIMULACIÓN MENTAL que funcione realmente es que se realice en dos fases o momentos:

Momento 1: Usar imágenes disociadas donde te imaginas tu apariencia, cómo hablas, y actúas. Este momento crea en tu cerebro una guía y una dirección para que se comporte de cierta manera.
todo el primera persona. Implica que tu cerebro SIMULE los movimientos físicos y emocionales que necesitas para generar tu comportamiento exitoso. Lo que haces es darle detalles a tu cerebro. 

Momento 2: Cambias a imágenes asociadas, imagínate que como si, en primera persona, estuvieras hablando con un grupo de personas desconocidas, donde dices lo que quieres decir, donde te sientes seguro, donde eres divertido, ingenioso, donde sobresales sobre otros hombres, lo que quieras. Imagina lo que sientes, imagina que manejas tus emociones, imagina que no tienes ansiedad, ni miedo, ni timidez,

Reprogramar tu inconsciente es un proceso que necesita perseverancia, de la misma manera que entrenas para adquirir condición física o masa muscular, es necesario que entrenes tu mente para que no te sabotee en momentos cruciales. Quiero que recuerdes a los deportistas de alto rendimiento, ganan o pierden por estados mentales más que por capacidad física. Deberías practicar esta rutina por al menos 3 semanas para que tu mente empiece a reprogramarse.

3. Una vez que has terminado tu proceso de SIMULACIÓN MENTAL en tu día normal, debes dejar de hacerlo. La idea no es que te la pases pensando en tu simulación todo el día, sino que luego de hacerla la dejes ir. Sería ridículo que luego de ir al gimnasio a hacer pesas o correr lo siguieras haciendo en tu trabajo. Cada espacio tiene lo suyo, y el espacio de simulación mental es solo un momento en tu día, debes dejar que tu mente inconsciente trabaje sola. A veces nos han enseñado a que si queremos o deseamos algo tenemos que pensar constantemente en eso, tener la mente constantemente en la mente.

Yo no estoy de acuerdo con este tipo de sobre motivación, pues lo que hace es justamente lo contrario: te concentras tanto lo que lo pierdes, no fluyes. De hecho creo que centrarse y darle tanta importancia a la timidez, no es más que un obstaculo más. El cambio necesita solo un nivel justo de motivación, y debes dejar que tu cerebro y tu mente inconsciente fluya sin que la estés distrayendo pensando sólo en tu meta. El pensar constantemente en si estás progresando o no es de cierta forma una duda.

Práctica la simulación mental. Verás cómo se activa algo nuevo en ti y disminuyes el autosaboteo al cambio, y tu mente inconsciente empieza a trabajar con tus deseos conscientes de cambio.
Saludos!

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