miércoles, 23 de marzo de 2011

Día 58/245 Perder la verguenza: La parada del autobus.


Perdón por la tardanza. Ya estoy aquí con otro ejercicio para hablar con desconocidos. Esta vez en un lugar donde siempre se produce contactos con personas. Las paradas de autobuses. Son lugares dentro del recorrido de los autobuses de transporte público. Supongo que como aquí (España) en el resto de países suele haber varias a lo largo de la ciudad. Estos sitios son magníficos para relacionaros. A lo largo del día pasan por ahí muchas personas que no se conocen y muchas veces forman amistades que duran mucho tiempo.


Recuerdos...

Yo he vivido dos experiencias en este lugar, una negativa. Recuerdo un viernes que regresaba de la Universidad y tenía que coger el autobús, al regresar espere en una parada que estaba desolada, hasta que una chica morena apareció por la cera de enfrente. Se le veía animada y con ganas de charlar. Esa energía se nota. Al igual que se nota la ansiedad de los tímidos. Al igual que los perros huelen el miedo y demás.  Nada más llegar se sentó a menos de un metro y me preguntó "¿Hola pasa la linea 40 por aquí? Le respondí algo sorprendido y con esa sonrisa nerviosa que tanto odio... Solte un tímido "si creo". Intente seguir la conversación y demás pero la timidez ya me estaba controlando. En mi mente escuchaba esas vocesillas que me dicen, "no hables, que la vas a cagar", "mejor que piense que eres engreído y no tímido". Al final notaba esa incomodida con la que me he familiarizado mucho tiempo.  Era una situación en la que sabía que tenía que decir algo y preguntar cosas y hablar de lo que sea, pero no lo hacía.

Pero también tuve una experiencia positiva. Un día una chica esperaba un autobús, al llegar el autobús, este paso de largo sin parar, lo que me causo gracia. Yo me encontraba dentro de visión y me preguntó "¿Esto suele pasar aquí?". Lo que me indicaba que no era de esta zona e inconscientemente me daba un tema de conversación. "A veces" le respondí y continué "¿No eres de aquí?"  Y empezó a hablar... Era una chica muy habladora, lo que agradecí, por que odio los momentos de silencio. Estudiaba en otra ciudad y había venido a visitar a su familia. Enlazaba un tema con otro con gran facilidad. Hay gente que tiene este don de hablar y hablar y hablar... (Sobre todo mujeres xD) Y a veces sacaba un tema en el que me manejaba y me unía a su monólogo. Estuvimos como quince o veinte charlando hasta que llegó mi autobus.

En general, es más fácil conocer gente fuera de la ciudad, por que desconectamos de lo que somos normalmente. Cuando estamos de vacaciones, somos más relajados y tranquilos. Durante un viaje organizado conocemos rápidamente a gente congenial. Encontrarás a gente que también viaja sola en lugares dónde se espera o se orienta, por ejemplo en la parada de autobuses o taxis frente del aeropuerto, en la oficina de turismo o en la estación central.


Esperando en la parada del autobus. Dificultad 5/10

El ejercicio es simple. Si tienes la suerte de utilizar el autobús a menudo, podras aprovechar cualquier ocación para iniciar una conversación con alguien desconocido, pero sin forzar demasiado. He descubierto que cuando un tímido intenta forzar una situación social, la otra persona no se encuentra tan abierta incluso se siente incomoda, a no ser que tengas un gran don de gentes, cosa que un tímido suele carecer. Así que si ves, que esa persona no esta con ganas de hablar, por lo que sea, mejor no sigas, tú ya lo has intentado que es lo importante.

En las paradas hay que saber algo y es que la gente no siempre esta disponible para charlar. La mayoría coge un autobus a diario para ir a su trabajo, a su universidad, y estan pensando más en dichas cosas que esperando que alguien les hable. Por lo que no están tan abiertos. Hay que saber diferenciar la energía. Y fijaros en el lenguaje corporal de cada persona. Unos estan mas inmoviles, con manos en los bolsillos y con la mirada perdida, estan pensando en sus cosas. Otra veces hay personas que se nota que vienen de viaje, de paseo, que no son de la zona y miran cualquier cosa que pasa a su alrededor, estan con las manos fuera de los bolsillos y estan algo inquietas.  Son como perrillos que quieren que les saquen a pasear. El ejemplo es horrible, pero no se me ocurría otro.

Cuando encuentres una persona abierta, empieza la charla. Es posible que sea él o ella la que empiece, preguntando por un autobús; si pasó o cada cuánto tiempo pasa.  O puedes ser tu quien tome la iniciativa y lo pregunte primero. Lo importante es romper el hielo, el cómo muchas veces da igual.  La parte buena de estas interacciones es que preguntas tan simples como "¿De donde eres?", "¿Cuanto tiempo llevas aquí?" y un sinfín más, son muy efectivas para hacer amena la conversación, todo lo contrario que si las usas en otros lugares como en una discoteca, donde se espera algo más...

Así que si usas el autobús a menudo, aprovecha ocaciones para iniciar conversaciones con otras personas. Y sino eres mucho de autobueses, puedess pasate algún día por una parada y preguntar si pasa un determinado autobus por el simple ejercicio de hacerlo.

Nada más.
Saludos.

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